Inspiración

¿Dale un diamante y prométele amor eterno?

“WE SAID NO”

Este post va relacionado al tema de los diamantes y celebraciones que la sociedad nos ha hecho creer que “es lo correcto” para sentirnos realizados. No lo tomen personal, es solo mi opinión.  

El matrimonio

Para comenzar, el matrimonio empezó hace algunos cientos de años atrás para unir reinos, no por amor.  ¿O acaso no recuerdan los conflictos en la época medieval? 

Con el paso de los años, nos hicieron creer que nuestro finalidad o propósito en la vida es encontrar a nuestra media naranja, y cuando lo hiciéramos… DALE UN DIAMANTE y prométele amor eterno.

Un diamante es para siempre

¿Saben que la explotación de diamantes empezó hace menos de 100 años, y fue por la gran cantidad de yacimientos (posible oferta) e intereses económicos entre países, que ciertas grandes compañías decidieron “crear demanda”. Es decir, ¿cómo es que estas empresas nos iban a hacer creer que debíamos de comprar estas piedras? 

En los años 40’s crearon publicidad masiva (obras artísticas, periódicos, personajes famosos, radio, películas, etc.), lo que llamaríamos ahora publicidad 360, para hacernos creer que “a diamond is forever” (piedra más dura del mundo).  Solo tardó 20 años en cambiar la mentalidad de la gente, establecer un precio fijo en el mercado y crear una gran demanda a nivel mundial.

Como lo refleja también la película dirigida por Eward Zwick, «Diamante de sangre», la explotación está provocando guerras, explotación infantil, entre otras cosas.  El consumo sigue aumentando y todos seguimos comprando.

Pero lo interesante aquí es que los principales compradores son hombres, pero los que los usan, son mujeres. Nos creemos la idea que un diamante prueba el amor hacia otra persona; “es lo que hace todo el mundo”. 

Hoy en día, la fiesta, la pedida formal con la familia, la luna de miel, el famoso “shower”, son inventos de la sociedad para hacernos gastar más.  Pero, ¿qué quieres tú?   

Libertad de elección

Sin embargo, por primera vez en la historia ya no vemos uniones por coerción, sino que el hombre es más libre.  Podemos elegir.  Cada uno tiene ideales, filosofías.  El hombre evoluciona y se adapta a situaciones.  Y esta misma realidad me da la capacidad de decir «I SAID NO».

Cuestiónate las cosas. No hagas lo que todo el mundo hace. ¿De dónde viene lo que estoy comprando? ¿Cuál es la finalidad? ¿Por qué debería de hacerlo? Se trata de diseñar lo que queremos vivir.

¿Qué opinas tú?

Reflexionemos.